6 de diciembre de 2008

Mmemorias para Claudia



Espacios infinitos de tiempo nos atraviesan, dimensiones desconocidas en el espacio nos separan, pero no los culpemos por esto, si no existieran serían otros los que lo harían. Temo no amarte lo suficiente para apoyarte en tus decisiones que para mí son dolorosas. Temo tenerte en mi memoria por el resto de mis días, temo odiar las réplicas de imposibles que nacen de tu vientre y odiarte por el destino que creció en tus manos. Me alegraría saber que eres feliz pero mi egoísmo te odiaría por serlo.
Es increíble mirar al pasado y descubrir que nuestra amistad, fue solo un punto en tu vida y punto suspensivo en la mía, nada más, y que de ella solo queda la morgue del tiempo: los recuerdos.
Me gustaría hablarte claro, decirte que extraño nuestros momentos infantiles, aquellos juegos que me hacían sentir que yo valía algo más para ti que solo aquel momento de diversión, cuando olvidaba nuestra diferencia de edad y los minutos morían en nuestras risas. Extraño tus palabras, tus abrazos y la ilusión que yo guardaba detrás de cada uno de ellos. Quisiera decirte cuánto me gustaría tenerte cerca en mi vida, pero sé que ya no es posible, tomamos cursos distintos e imposibles de juntar.
Me gustaría decirte que espero que nunca te arrepientas de lo que haces, moriría si no te veo sonreír como siempre lo haces en cualquier momento y subes el ánimo de todos. Esto no te lo puedo decir, y no es porque crea que te haría daño, sino que es por mí. No podría decirte todo
esto a la cara sin que mis labios digan te quiero y mis lágrimas dejen entrever un te amo. Eso no lo hace una amiga.

A ti te guardaré siempre en mi corazón.. Los momentos felices los guardaré en mi mente. Tus
alegrías estarán sobres mis penas, tu belleza cubrirá mis ojos, tus manos sobre mi piel me recordaran que aun la tengo y tus palabras vivirán en mis labios.

¿Y el dolor? ¿Dónde guardo el dolor?

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